El Parque del Retiro es, sin duda, una de las joyas madrileñas más valoradas de la ciudad por sus habitantes. Un remanso de paz en medio de una capital rebosante de actividad que puede ser muy agobiante; pero, además, también es un lugar lleno de historia, arte... y secretos.
Iniciamos nuestra ruta en la Puerta de Alcalá, para adentrarnos en el parque; llegaremos a la Casa de las Vacas, un curioso edificio cuyo uso inicial y actual no tienen nada que ver; cerca contemplaremos la escultura a Cuba, uno de los muchos regalos que hay en el parque; después de caminar unos minutos nos encontraremos con la Casita del Pescador, una estampa que parece sacada de un cuento de hadas.
Nuestra siguiente parada está a unos cuántos metros, así que tendremos minutos de sobra para admirar el paisaje, la belleza y variedad de flora y fauna que dan vida al centro de Madrid; es tan impresionante que, durante un tiempo se llegó a pensar que quizá la magia algo tenía que ver... Por eso iremos hasta la escultura del Duende del Retiro; cerca de ella, inspeccionaremos las Casas de las Bestias, verdaderas celdas que guardaban hasta lo más inesperado; después de otro pequeño
paseo nos encontraremos con el Palacio de Velázquez, y no estamos hablando del famoso pintor; a la derecha de este edificio veremos el Tesoro de la Tripona, uno de los secretos más intrigantes no solo del parque, si no de la ciudad; a pocos pasos tendremos una vista espectacular de la escultura dedicada a Alfonso XII. Antes de terminar la ruta, por supuesto, tenemos que ir a ver al diablo, la escultura del Ángel Caído; y finalmente concluimos en la joya de la corona, el Palacio de Cristal.
Recomendamos esta ruta para todos aquellos que quieran unir su amor por el arte, la historia y la arquitectura con los paseos por la naturaleza. Esta es una actividad rebosante de belleza que cambiará tu mirada sobre este parque.