Son muchos los lugares y detalles que esconde y merece la pena ver en la Catedral Primada, pero vamos a recomendarte algunos puntos del interior que te mostraremos en esta ruta y que no debería perderse ningún visitante. La catedral comenzó a edificarse en el año 1226, gracias al rey Fernando III el Santo y al Arzobispo Jiménez de Rada.
La Capilla de la Descensión
Lugar donde, posiblemente, se ubicó el altar de la basílica visigoda de Santa María. Fue en este mismo lugar donde, según la tradición, el patrón de Toledo San Ildefonso recibió de manos de la Virgen la casulla.
Podrás observar, a través de una reja, la piedra que pisó la Virgen al bajar del cielo.
El retablo que se observa es de alabastro, obra de Alonso de Covarrubias. Encontrarás esta capilla en los pies de la Catedral, junto a las puertas de la fachada principal. La capilla destaca por estar exenta.
El Claustro de la Catedral de Toledo
Ubicado sobre lo que fue el antiguo Alcaná, mercado judío. Fue levantado gracias al Arzobispo don Pedro Tenorio, en el siglo XIV. Te llamará la atención el silencio que reina en su interior así como los frescos de Francisco Bayeu y de Mariano Salvador Maella.
Es en este lugar donde, cada 15 de agosto, los toledanos y toledanas bebemos de los botijos, para la fiesta de la Virgen del Sagrario, gran tradición toledana. También encontrarás la puerta conocida como la Puerta del Niño perdido o del Mollete.
Este segundo nombre se debe a que, todos los días en este lugar, se daba un mollete de pan como limosna.
Y, rodeando el claustro, encontrarás la Capilla de San Blas, donde permanece enterrado el Arzobispo don Pedro Tenorio y el Obispo de Palencia Arias Balboa. Te impresionarán las pinturas que decoran esta capilla, hoy muy afectadas por las humedades.
El Coro de la Catedral de Toledo
La entrada la harás a través de la gran reja de Domingo de Céspedes, del siglo XVI. Verás que, en la sillería del coro, hay una clara diferencia entre el coro bajo y el alto.
El coro bajo es obra de Rodrigo Alemán (s.XV) y, en él, te llamará la atención sus respaldos donde aparecen talladas escenas de la Conquista de Granada.
Podrás identificar los nombres de las ciudades, que aparecen tallados en las torres. El coro alto es obra de dos artistas: Felipe Vigarny y Berruguete. Detente con paciencia en el coro… ¡Merece la pena!
El Altar Mayor de la Catedral de Toledo
Te impresionará la maravillosa rejería renacentista de Francisco de Villalpando. El retablo, de tiempos de Cisneros te dejará con la boca abierta. Multitud de escenas lo recorren, escenas de la vida de Cristo y de María la Virgen.
En la realización del retablo participaron artistas de la talla de Copín de Holanda, Petit Juan, Felipe de Borgoña… entre otros. En uno de los laterales, destaca el enterramiento del Cardenal Mendoza, obra de Andrea Sansovino.
El Transparente
Y, de repente, bordeando la Capilla Mayor, te encontrarás con esta gran obra del Barroco. Su autor, Narciso Tomé (s.XVIII). El objetivo de esta construcción no era otro que dotar de luz el Sagrario del altar mayor, que se ubica detrás del retablo.
Por todo el conjunto destacan sus mármoles y bronces, dotándolo de una maravilla incomparable.
La Sacristía de la Catedral de Toledo
Nada más entrar, levantarás la vista… toda la bóveda pintada por Luca Giordano te trasportará a la Capilla Sixtina. Aquí, en la Sacristía, encontrarás obras del Greco (destacando “El Expolio”), Van Dyck, Rafael, Comontes, Caravaggio, Tintoretto… Detente en recorrer, tranquilamente, este bello lugar.
La Sala Capitular
Con su restauración terminada en 2019, vuelve a estar
abierta a los visitantes la sala capitular. En este lugar el Cabildo se reunía para mantener sus reuniones. Los frescos representados en los cuatro lados, sobre los sitiales, son obra de Juan de Borgoña.
Destacamos, sobre la puerta, la representación del Juicio Final, cargada de detalles. Debajo, un friso con retratos de los Arzobispos de Toledo, recorren toda la sala.