La Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino fue fundada en el siglo I a.n.E. por el emperador Augusto con la finalidad de que pudieran establecerse en ella los legionarios licenciados de las guerra cántabras. El lugar escogido fue un promontorio cercano a la costa que era conocido como Monte Táber.
Su ubicación junto al mar y la Vía Augusta, hizo que Barcino prosperase fácilmente gracias al comercio, además de la riqueza de sus productos agropecuarios. En poco tiempo, la antigua Barcelona fue ganando terreno a Tarraco, hasta convertirse en la urbe más importante de la región, tanto económica como políticamente.
La ciudad romana se estructuró siguiendo los patrones clásicos con un plano ortogonal que estaba dividido por cardos y decumanos. En la parte central, actual Plaça de Sant Jaume, se encontraba el foro, rodeado de imponentes edificios públicos. Algunos de estos elementos pueden ser reconocidos hoy en día, aunque cuentan con casi dos milenios de vida.
Durante nuestro itinerario podemos descubrir los restos de la vía sepulcral encontrada bajo la Plaza de la Villa de Madrid, pasearemos junto a los lienzos de la vieja muralla y comprobaremos como algunas de sus torres y bastiones se fueron incorporando a edificios mucho más modernos. Caminaremos por el Barrio Gótico para reconocer el antiguo acueducto que surtía de agua a la ciudad y conoceremos las columnas que se conservan del Templo de Augusto. Os mostraremos, además, todo lo que podréis encontrar si visitáis el famoso MUHBA, ubicado en la Plaza del Rey, y cuyos edificios tienen un claro sustrato romano y visigótico.
Al acabar la visita guiada conocerás mucho más sobre el origen de Barcelona y podrás advertir a tu paso los vestigios romanos que aún se conservan en la capital catalana.
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